Elevo una plegaria en este réquiem de una pobre alma inmunda.
Lo que una vez fue oscuridad que se convierta ahora en luz,
cual bella flor nocturna florezca una vez más
en las suaves y frías manos de la muerte
regada por las lágrimas de la vida.
Que la paz cure su corazón maldecido por el odio y la soledad profunda,
para que de esta manera por fin logre alcanzar la felicidad
y recorra los prados oníricos del sueño eterno
siguiendo el camino hacia su libertad.
Imploro que este ángel caído vuelva una vez mas al cielo,
que su tormento, que esta cruel broma de dios llegue a su fin
Que ella sepa que nunca mas estará sola
pues aunque esté en el infierno con ella siempre permaneceré.
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Quantus tremor est futurus,
quando iudex est venturus,
cuncta stricte discussurus.
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