domingo, 13 de febrero de 2011

Una carta en San Valentin.

Las luces tricolores de una ciudad desierta danzaban silenciosamente, cuya calma era rota por los sonidos de su acelerada respiración y el de sus pasos golpeando los charcos que había dejado la lluvia pasada. Ella corría sin mirar atrás pues sabía que no podía regresar nunca más. En su mano derecha llevaba un pequeño libro antiguo el cual tiro al tropezar con un pedazo de acera levantada. Rápidamente  lo levanto y lo sujeto fuertemente prosiguiendo con su huida.

-¡ Casi llego!- Se dijo con tono de esperanza,
 -La estación está a unos cuantos metros.

Acelerando su paso se acerco a la puerta, con una pequeña sonrisa y sus ojos llenos de lagrimas.

-A la vez tan lejos, y tan cerca de el fin de mi cruel tormento- Pensó al escuchar el viejo parlante de la estación anunciar la salida del tren de las 12 de la noche. Acercó su mano delicada y joven, llena de nerviosismo a la puerta y se dispuso a abrirla cuando escucho un fuerte y nítido aplauso cerca de su oído. Sus pies temblaron y poco a poco su vista empezó a nublarse hasta que se apago completamente.

La bala atravesó su cabeza justo cuando se disponía a abrir aquella puerta. Su cuerpo flotaba en un rió carmesí mientras a escasos 3 metros el tren que la salvaría empezaba su marcha.

El uniformado se acercó y mientras guardaba su arma pudo observar que del libro había salido una carta que se encontraba cubierta de esa sangre jovial. La agarró y empezó a leerla.



El que usted este leyendo está carta sólo puede significar dos cosas: O bien he logrado escapar y está carta ha sido entregada por el encargado de la estación de trenes o no he logrado mi cometido y este escrito ha sido extraído de mi cuerpo frío y sin vida. Sinceramente espero con ansías que el caso sea el primero.

 Indiferentemente de como se adquiriera está carta, su objetivo está claro, y es informar sobre los sucedido el 14 de febrero del año en curso lo cual se relaciona con el asesinato de mis 4 compañeros( y grandes amigos) de estudio.

El que enviará mi testimonio por medio de un escrito y no directamente es, debido a que seguramente la veracidad y cordura de los hechos seria fuertemente dudada, lo cual es  realmente es lógico e indiscutible. De igual manera el hecho de que me crean o no después de lo que leerán a continuación no es de mi importancia, pues nunca volverán a saber de mí, más aun así deseo explicarme.

Es bien sabido que Alice, Julia, Moisés, Ana y yo eramos buenos amigos, un grupo inseparable( aunque raro). Tal vez otra cosa menos conocida eran los sentimientos que tenia hacia Alice( los cuales ella ignoraba obviamente), y aunque habeses sentía una fuerte indiferencia en su amistad hacia mi, pienso que se debía a mi forma de ser .

Pero creo que no es prudente que divague en mis sentimientos por lo que creo en la necesidad de ser mas práctica y empezar con mi narración.

Era un dia nublado y como cada año en estas fechas el ambiente estaba cubierto de ese aire meloso y a la vez melancólico. Más, y me sentía algo deprimida, por lo que no quise salir a merendar con mis compañeros( ni siquiera el hecho que Alice fuera a comer me animaba) por lo que me dirigí directamente a mi hogar, en donde me dispuse a leer un buen libro con cuentos de Edgar Allan Poe, mientras mi sentido del oído se deleitaban con el sublime Réquiem en Do menor de Mozart ( Sólo un ser sin alma se mantendría indiferente al escuchar tan digna pieza de los dioses como lo es, la de Lacrimosa).

Pasaron un par de horas, y de hecho me sentía peor( tengo la teoría que la pieza de la misa de muertos tuvo cierta influencia), asi que pensé que una siesta lo arreglaría todo. Me disponía a entrar a mi cuarto cuando me percate de ese pequeño libro tan familiar que yacía sobre la mesa en en el pasillo. El diseño de la portada era de color negro, con un diseño bastante rudo pero mas que nada  destacaban las en grandes y violentas letras góticas que rodeaban la portada: De Umbrarum Regni Novem Portis.

Recordaba haber visto ese libro en aquella gran biblioteca de mi difunto tío( el cual se suicido por desconocidas razones).El porque estaba en ese momento ahí era un misterio para mi, pero lo que si sé es que como hipnotizada por una fuerza invisible me acerque a él, y cuidadosamente lo abrí. En la primera pagina encontré una serie de leyendas  a la cual no encontré sentido por lo que la pase por alto para empezar a leer aquel libro arcano de cuyo contenido no me acuerdo y sinceramente no volvería siquiera a mirar después de lo sucedido. 

No se cuanto estuve leyendo aquel libro, pero el chinchorreo del teléfono me saco de mi trance. Era Alice quien me preguntaba si quería ir a su casa para un pequeño convivió, y cuya invitación no pude rechazar pues extrañamente mi depresión había desaparecido como por arte de magia.

Llegué por eso de las 8:30, media hora antes de que la serie de sucesos empezaran y esa media hora se convirtió en una de las mejores de mi vida, pero ¿ Quién diría lo que el cruel designio de Dios nos deparaba?

Dieron las 9:00 y Ana me pidió que la ayudara en la cocina para cortar algunas frutas y yo gustosamente me ofrecí. Estábamos por iniciar cuando la luz se fue y el cuarto quedo sumergido en una profunda oscuridad, y de la nada percibí lo que parecía una gigantesca sombra que se acercaba hacia nosotros, seguido por los gritos de Ana. No sabía que pasaba, pedí a gritos ayuda, y entonces recordé que junto a mí se encontraba un cuchillo de carnicero, lo agarre y cuando me disponía a atacar la luz volvió y me vi cubierta de la sangre de Ana la cual había sido regada por toda la cocina por lo que fuera esa criatura la cual supuse salio por la ventana abierta, y en el piso, casi irreconocible se encontraba el cuerpo de mi amiga.

Rápidamente  informe a los demás y  salimos de la casa pues teníamos miedo de llamar a las autoridades, de tal forma que optamos por dirigirnos a mi casa pues, mis padres habían salido un par de días lo que dejaba sola la casa, esto nos permitiría  calmarnos y pensar que hacer con lo sucedido.

Pasaron dos horas, y los ánimos habían bajado lo suficiente para decidir llamar a las autoridades. Julia y Moisés se ofrecieron a llamarlos, mientras yo llevaba a Alice a mi habitación para que descansará, pues lo acontecido era demasiado, aun más que para todos los demás debido a su dulce carácter. Al dejarla me dirigí de nuevo a la sala cuando nuevamente la electricidad se fue y nuevamente escuche los gritos de mis compañeros a cuya posición  llegue demasiado tarde. 
Ni siquiera pensé en el espectáculo grotesco que presenciaba, no lo único que me venía a la mente era Alice. Corrí lo mas veloz que pude y justo al entrar a la habitación pude observar la criatura salio huyendo antes de darme cuenta.

En el piso estaba mi amada Alice, a la cual había salvado de convertirse en otro espectáculo macabro como había sucedido con mis demás amigos. Pero aunque la bestia no había terminado su trabajo, si la termino hiriendo una sola vez, un solo ataque  que atravesó su pecho.

Rápidamente me acerque a ella llena de llanto. Sí seguía viva pero ¿Por cuanto tiempo más?. 
Ella me acarició y me dijo: no llores, no es tu culpa yo lo se y creo en eso. Poco después de decir eso murió en mis manos.

La luz volvió y del otro lado de la cama escuchaba esa fuerte respiración, sabia que la siguiente era yo, sabía que no tenia escapatoria más si llegaba a morir al menos conocería el rostro de esa criatura. Poco a poco me levante y lo que  ví  frente a mi no lo pude creer. Era esa criatura monstruosa y sus ojos llenos de locura y odio que me miraban fijamente a través de ese espejo.

El demonio se consume, alimenta y nace dentro de él mismo. 
El ángel se convierte en demonio ante su locura, ante la voluntad de dios que desea su sacrificio. 
Una virgen nace del mal, y el maldito es procreado por el bien.
El portal hacia el infierno se encuentra en el corazón infectado por la tristeza y el amor, cual desdichada alma cae en la perdición no ha de tener salida.